El coco forma parte de la familia de las palmeras. Su nombre proviene del portugués y del español del siglo XVI, o sea del término “cocos” que significa “rostros sonrientes” gracias a los tres hoyos que se encuentran en la corteza del coco y que se asemejan a los trazos de un rostro humano. A pesar de su nombre, se trata de una drupa y no de una nuez. Se diferencia de cualquier otro fruto porque contiene el agua de coco que puede beberse directamente.
La masa del coco puede ser consumida fresca o seca. El aceite y la leche producidos a partir de la masa seca pueden ser utilizados para cocer o freír, incluso como producto para el bronceado de la piel. Su pulpa contiene menos grasa que otras oleaginosas y granos, como las almendras. Contiene también menos azúcar y más proteínas que otros frutos como las bananas, manzanas o naranjas. Las fibras y los minerales como el hierro, el zinc y el fósforo pueden encontrarse en cantidades considerables en el coco. ¡Polivalente y excelente para la salud, no es ya raro que guste tanto!